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miércoles, 13 de octubre de 2010

Los libros siempre son motivo de conversación entre extraños

           Leer libros sobre temas históricos y científicos es una pasión personal. Me fascinan las historias de ciencia ficción y de ficción histórica. Tanto es así que suelo llevar un libro a las citas médicas o la hospital si tengo que cuidar a alguien para entretenerme mientras espero. Recientemente estuve en un hospital con un familiar y llevaba el libro El silencio de Galileo del autor puertorriqueño Luis López Nieves. Un señor mayor me observaba en silencio y me preguntó qué estaba leyendo. Me sonreí y le expliqué brevemente lo leído hasta ese momento. Su interés era genuino por conocer lo que me motivaba a leer y seguimos conversando de los libros y la lectura. Curiosamente nunca dijimos nuestros nombres ni nos presentamos formalmente. Sin embargo, un libro sirvió de medio para conversar. Por supuesto, terminé ese libro y  acabo de leer un segundo del mismo autor,  El corazón de Voltaire. Ambos libros son maravillosos.
           En el primero, El corazón de Voltaire, un prestigioso genetista e investigador llamado Roland de Luziers es contratado por el gobierno francés para que investigue la verdad en torno a si los restos de Voltaire, un ícono francés, son en verdad de este filósofo francés. La investigación que se inicia en París, lleva a Luziers a relacionar a Voltaire con varios países incluso a México y Puerto Rico. Con la ayuda de su amiga, la historiadora Isabeau de Vassy, descubre un secreto que podría poner en peligro la historia oficial de la vida del Padre de la Revolución Francesa. ¡Intriga y suspenso maravillosamente integrado en esta novela! Además, esta obra fue aclamada como Primer Premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña 2006.
           En la segunda, El silencio de Galileo, el autor explora la verdad sobre el descubrimiento del telescopio en una novela de ficción científica. La protagonista en esta será la amiga de Roland de Luziers, la Dra. Isabeau de Vassy quien por petición de un moribundo y su hija, amiga suya, se embarca en una aventura para probar dos cosas: primero, que su amiga desciende de Galileo y segundo, que fue él, y no otro, quien inventó el telescopio. Las pruebas conducen a la Dra.de Vassy ante la posibilidad de pernoctar en una cárcel holandesa, a viajar a Pisa donde descubre el verdadero laboratorio de Galileo y a un final inaudito en su aventura.
          Ambos libros son excelentes y de lectura amena. Usted va a querer seguir leyendo sin despegarse un momento de la trama. La técnica del correo electrónico, lo que convierte a la novela en una de tipo epistolar moderna, es original y efectiva. No deje de leer estas novelas, y recuerde que un buen libro siempre es motivo de conversación en los lugares más inesperados.

Libros censurados

          Por razones variadas, miles de libros han sido censurados en el mundo entero, Puerto Rico inclusive. Estas razones varían desde religiosas, de discrimen por género, políticas, históricas, éticas o morales. En Estados Unidos, 460 libros fueron vedados por una de estas razones. En Puerto Rico, el Departamento de Educación vedó libros por razones "morales y éticas". Los textos vedados en Puerto Rico fueron:

  •  “Antología personal”, de José Luis González; 
  • “El entierro de Cortijo”, de Edgardo Rodríguez Juliá, 
  • “Mejor te lo cuento: antología personal”, de Juan Antonio Ramos, 
  • “Reunión de espejos”, una recopilación de ensayos por José Luis Vega 
  •   “Aura”, de Carlos Fuentes 
          La prohibición de textos siempre ha llevado a aumentar la curiosidad por su contenido. Los bibliotecarios no debemos fomentar la censura pero sí debemos orientar a la clientela que atendemos a encontrar libros adecuados para su nivel de lectura y conocimiento. Cuando educamos al lector preparamos sus mentes para entender mejor el entorno  social, histórico, moral y ético a que son expuestos a través de la literatura. 
          No es prohibir lecturas, es orientar al lector sobre qué lecturas son recomendadas para su nivel de conocimiento. Sin embargo, cuando la curiosidad es mucha, lo mejor es educar al lector sobre ese libro que tanto le interesa leer para prepararlo a entender su lectura. Aunque para nosotros un libro puede resultar crudo y soez por su vocabulario, debemos pensar en las famosas leyes de Shiyali Ramamrita Ranganathan:
    • 1. Los libros están para usarse. - Por tanto, no hay libros prohibidos.
    • 2. A cada lector su libro. - Existe un libro 
    • 3. A cada libro su lector.
    • 4. Hay que ahorrar tiempo al lector.
    • 5. La biblioteca es un organismo en crecimiento.